La sensibilidad al gluten no celíaca (SGNC) es una reacción adversa al consumo de gluten que no está relacionada con la enfermedad celíaca ni con la alergia al trigo. Aunque aún no se conocen con exactitud los mecanismos que la provocan, se ha observado que las personas que la padecen experimentan síntomas digestivos y extraintestinales tras la ingesta de gluten, los cuales desaparecen o mejoran al eliminarlo de la dieta.
A diferencia de la celiaquía, la SGNC no causa daño en el intestino, pero sí provoca síntomas que pueden interferir en la calidad de vida. La Sociedad Española de Enfermedad Celíaca (SEEC) la describe como “una reacción adversa al gluten sin marcadores autoinmunes ni alérgicos, pero con una clara mejoría al eliminarlo de la alimentación”.
¿Por qué cada vez más personas presentan sensibilidad al gluten?
No hay cifras exactas, pero se estima que entre un 3% y un 6% de la población podría verse afectada. La cantidad de personas que experimentan síntomas relacionados con el gluten ha aumentado en los últimos años, lo que puede deberse a varios factores:
- Cambios en los cereales modernos, que han aumentado su contenido en gluten.
- Mayor consumo de productos ultraprocesados, que contienen gluten añadido en forma de espesantes y conservantes.
- Alteraciones en la microbiota intestinal, causadas por el estrés, el uso de antibióticos y una alimentación pobre en fibra.
- Mayor conocimiento sobre la SGNC, lo que hace que más personas se den cuenta de su relación con el gluten.
Síntomas más comunes
Las personas con SGNC pueden presentar síntomas digestivos y generales que aparecen poco después de consumir gluten y desaparecen cuando se deja de consumir.
Entre los más habituales están:
- Molestias digestivas: hinchazón, gases, dolor abdominal, diarrea o estreñimiento.
- Cansancio crónico: sensación de agotamiento sin una causa clara.
- Dificultad para concentrarse (“niebla mental”) y problemas de memoria.
- Dolores de cabeza o migrañas.
- Dolor muscular y articular sin explicación aparente.
- Alteraciones del estado de ánimo: ansiedad, irritabilidad o sensación de apatía.
Estos síntomas varían en intensidad de una persona a otra y pueden confundirse con otras afecciones, lo que hace que a veces no se asocien con el gluten de inmediato.
Alimentos que se deben evitar
Si hay sensibilidad al gluten, es importante eliminar de la dieta todos los alimentos que lo contienen:
- Trigo y sus derivados: pan, pasta, bollería, galletas, harinas convencionales.
- Cebada y centeno: cereales, cerveza, productos fermentados con malta.
- Alimentos procesados con gluten oculto: embutidos, salsas comerciales, caldos industriales, snacks.
Opciones saludables y libres de gluten
Afortunadamente, hay muchas alternativas seguras para quienes deben evitar el gluten:
- Cereales sin gluten: arroz, quinoa, mijo, trigo sarraceno, amaranto.
- Legumbres y harinas alternativas: lentejas, garbanzos, harina de almendra, harina de coco.
- Verduras y frutas frescas.
- Proteínas naturales: carne, pescado, huevos, lácteos sin procesar.
- Frutos secos y semillas.
- Aceites vegetales saludables: aceite de oliva virgen extra, aguacate.
Priorizar alimentos naturales y evitar ultraprocesados es clave para mantener una alimentación equilibrada sin gluten.
La sensibilidad al gluten no celíaca puede afectar la calidad de vida y manifestarse con síntomas digestivos y extraintestinales que a menudo pasan desapercibidos. Si notas que después de consumir gluten tienes molestias, podría valer la pena explorar cómo reacciona tu cuerpo al eliminarlo de la dieta.
Si crees que podrías tener SGNC y necesitas orientación sobre cómo evaluar tu caso y adaptar tu alimentación de forma equilibrada, puedes contactar conmigo para analizar tu situación y guiarte en el proceso de manera personalizada.